La Gallina Saraviada y las semillas de cafe

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Las semillas de cafe!
y la gallina saraviada

Cuando el cielo relampaguea y no se oye ningún trueno, por estas laderas aparece una gallina saraviada con cinco pollitos más pintosos que su mamá.

Solo uno de ellos pía pía y si alguna persona alcanza a distinguirlo – porque este pollito es transparente – puede saber que el pollito no pía sino que murmura gracioso como una tía.

Los otros cuatro pollitos cargan en su pico semillas que ellos van dejando en el suelo para que todos aquellos que los ven, las recojan y las siembren; las plantas de estas semillas dan cosecha todos los días. La camada lleva semillas de cafe, maíz, ahuyamas, habichuelas, arvejas, frijol, cacao y pepas de todas las frutas…

El pollito transparente que pía y pía da indicaciones de cómo se deben enterrar las semillas para que la magia de estas plantas no deje su rendimiento. Por eso es importante que la persona que vea a la gallina saraviada y sus pollitos, también pueda ver al trasparente y descifre su lenguaje. Cosa que no es fácil.

Por estos lados había una familia que cuidada mucho del bosque y de sus animales sin importarles de la clase que fueran. Ellos también mantenían muy atentos a las cosas del cielo  y por fijarse en el relampagueo sin truenos fue que vieron la salida de la gallina y sus pollitos del cafetal, hasta llegar a escarbar en el patio de la casa.

Sabias que… llamamos saraviada a una gallina que tiene marchitas de colores en las plumas, estas manchas pueden ser amarillas, negras y mas. Es decir una gallina saraviada se reconoce por tener plumas de colores diversos asemejando un estilo tipo leopardo. Fuente: Propia.

La gallina culequeó hasta el corredor donde estaban ellos en las mecedoras pues era domingo y disfrutaban de su descanso. El más pequeño de la familia, un pelao de diez años, vio al pollito transparente y escuchó lo que decía:

_  Recibe las semillas de cafe que traemos y en la próxima luna menguante las siembras, así y asá; pero antes danos del mejor maíz porque venimos de muy lejos y ya tenemos hambre.

El pelao recogió las semillas de cafe y luego fue hasta la despensa y le trajo maíz a la gallina y su camada. El resto de la familia de este niño miraba aquella hermosa gallina saraviada que parecía cacarearle a un pollito que no estaba. El padre mandó a otro de los hijos a que les pusiera agua y otro trajo hojas de Madredeagua para que la gallina y sus hijos ramearan. El padre sintió que a sus pies caían unos granos de café.

La magia que tiene el café sembrado por aquel hombre se siente aún más cuando, al beberlo, uno imagina las montañas donde se siembra y a la gente que lo cultiva.

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