El cafe Molido-[La Abuela, el Abuelo y el Nieto]

CAFE MOLIDO.

LA ABUELA, EL ABUELO Y EL NIETO

“Esta es la historia de cuando la paila fue mocha y la de un fogón que no quiso encender”.
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El Cafe Molido y La Historia de:

La Abuela, El Abuelo y El Nieto

Son tres piedras, que representan a la abuela, al abuelo y al nieto, las que forman el fogón tradicional donde se tuesta café. Sobre ellas se coloca una paila de hierro, olorosa y muy negra, que le da al grano el punto de tostión preciso para que sea molido.  

Esta paila que en el campo llaman La despertadora de espíritus pues conserva el olor característico del grano tostado ya que solo se utiliza para esta labor. 

Esta es la historia de cuando la paila fue mocha y la de un fogón que no quiso encender. 

Al fogón le arrimaron desde leña húmeda hasta muy seca, y no encendió. Buscaron madera de toda clase de árboles, carbones con su brasa, trajeron astillas gruesas de una soca de café ya hechas tizones que ardían cocinas vecinas y nada que prendía.

Toda la atención de aquella mañana de tueste estaba en las tres piedras que no querían albergar fuego alguno y ninguno de los presentes se fijaba en la paila despertadora de espíritus.  

La causa de este arrebato empezó con una visita que llegó a la casa y a la que, entre otros regalos, se le prometió un kilo de café tostado a fuego de leña; labor que pensaban hacer aquella mañana que encontraron encenizado el fogón y a la paila en malos amores.

La noche anterior, después de la cena, la visita vio colgada sobre la tapia de la cocina donde estaban las tres piedras a la ajetreada y tiznada paila, para darle una buena impresión a los anfitriones, se puso a fregarla hasta dejarla reluciente, como nueva. Pues La despertadora de espíritus de la noche a la mañana se vio sin memoria; aquella balsámica presencia de hierro que tanto alegraba los sabores y los placeres de los alimentos que preparaban en la cocina, aunque relumbraba en la estancia, ahora era cosa que amargaba el sabor de la mañana.

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Por fortuna los abuelos aún vivían y aquello de que Un buen sabor viene envuelto en el saber de alguien que se sabe amado, avivó el ambiente en la apagada cocina. Los mayores llamaron al nieto y le dijeron que les trajera la paila; las manos del pequeño mostraron a los abuelos un artefacto reluciente, despojado de la tiznada costra que contenía el misterio de un sabor único. Los viejos tomaron a La despertadora de espíritus y le hablaron con cariño, luego le dieron al nieto café molido para que se lo refregara con suavidad y respeto.

El aroma del café que tostaron y el sabor de la bebida que luego disfrutaron aquella ocasión en que el fogón no quiso prender al ver la paila mocha, jamás fue olvidado.

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Siguiendo Carlos Flaminio Rivera Castellanos:

Writer

Nació en El Líbano- Tolima. Colombia en 1960, estudio en la Universidad Nacional. Escritor, editor y tallerista literario. Libros publicados: "Sin puntos sobre las íes" (cuentos 1997); "Cruentos y adioses" (cuentos 1999); "La mirada sumergida, cuentos en el tiempo" (2001); "Sudor de sueño y otros textos" (2003); "Las horas muertas" (novela 2003); "La cita" (novela 2005); "El árbol imaginado" (novela 2010); "La Mascota de Kafka" (colección El Solar Universidad del Valle, 2012); "Mito Mineima”. “ Apuntes históricos sobre El Líbano" (Colección Cátedra El Líbano); “Un país… o algo así” Editorial Domingo Atrasado. "Viaje a la costa "(Selección de escritores colombianos traducidos al Alemán). “Registros históricos de la cultura Libanense”. Los libros de Carlos Flaminio Rivera dan cuenta de un trabajo silencioso de una escritor sumergido en su escritura única y excelente, cuyo trabajo profundo exige un lector atento. Sus historias están cargadas con imágenes que oscilan entre la prosa la poesía con un lirisismo justo.

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