LA FABULOSA LEGENDA DE MINEIMA.
Y LOS CUNCHOS DE CAFE
“Mineima es el nombre de los antiguos habitantes de estas tierras y Mineima se llamaba el pájaro que en su creencia tenían como creador del mundo y de los hombres“.

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La Fabulosa leyenda de Mineima
Capitulo 1
Los cunchos de cafe
La leyenda de Mineima dice que la montaña de la blanca flor deja escurrir su color para borrar las oscuras acciones que los malos hijos de Auxisuc hacen en el mundo.
Los ancianos enseñan que la beneficiosa blancura que se esparce en la tierra la podemos ver cuando los cafetales florecen en el campo. La fragancia y el teñido de los arbustos traen una intención renovadora que levanta el ánimo de todos, un espíritu bondadoso envuelve la tierra y los hombres emprenden una campaña de buenas acciones.
Mineima es el nombre de los antiguos habitantes de estas tierras y Mineima se llamaba el pájaro que en su creencia tenían como creador del mundo y de los hombres. La blanca flor es el volcán nevado del Ruiz que alberga en sus ardientes entrañas a la anciana Auxisuc, la madre de todas las cosas. Este pueblo precolombino habitó la vertiente oriental de las Sierras nevadas que están en el centro de Colombia, región donde se cultiva el café más suave del mundo.

Para los ancianos, la protección de Mineima llega hasta estos tiempos, pues al ser los territorios ricos en oro, Mineima se ayuda de duendes, fantasmas y otras apariciones y con esta tropa espanta a los mineros, favoreciendo a los campesinos que cultivan y cuidan las aguas y la vegetación de estas montañas.
En estas tierras el blanco de las flores, el verde del follaje y el rojo de los frutos, vale más que el oro extraído de la tierra.
El hombre dorado – Eldorado – aquel ser legendario que despertó la ambición de los conquistadores españoles, hoy se aparece en este territorio como un reluciente muñeco con la figura de un niño juguetón que anda divirtiéndose entre el ramaje y solo puede ser atrapado si pisa cunchos de cafe, que lo aquietan y lo dejan como una estatua morenita. Borrado su color dorado por el ocre del café, el deslumbrante niño se convertirá entonces en un hermoso muñeco que quien lo guarde tendrá abundancia en sus cultivos y una constante cosecha de felicidad.

Por eso los campesinos recogen sus cunchos de cafe y con ellos abonan la tierra, claro que nunca les falta en sus bolsillos un puñado de cunchos…
Por si acaso.
“Mineima lo llevó hasta una vega del cafetal y allí le presentó una joven brisa, que pasó muy rápido y apenas se sintió…” .
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Uraldo Orozco
Una leyenda en gratas palabras construye
imaginarios que evocan pasados perdidos y se acercan tanto a la realidad y conforman nuestras creencias.
En la pluma sana de Flaminio se encuentran letras que hacen cultura, construyen realidades y se imagina con gusto.
Excelentes escritos. Gracias porque el Líbano cuenta con escritores de esta categoria.